7.24.2006

Cine, cine, cinito.

En nuestras ciudades, monumento de la civilización mexicana (como Toluca), salir con tu pareja significa, salir al cine. Una tarde recibes la llamada y la conversación se desenvuelve más o menos así:

-Hola
-Hola (Soy muy mala para imitar el furor adolescente, esta es una traducción sinóptica)
- ¿Salimos?
- Sí
- ¿A dónde?
-A donde sea
- ¿Al cine?
- mmmmm, si

(este mmm es igual a: no hay otro triste lugar en Toluca a dónde ir*)


Ciertamente gran parte de la vida social del mundo actual es en el cine, así que, en las reuniones de amigos seguramente te preguntarán sobre cine. Cuando uno menciona que a uno le gustan las películas-de-arte, más de una persona abandona la plática de manera casi instantánea (llamados de la Virgen). Yo odio el término de películas-de-arte y evito usarlo, la principal razón es porque es un término muy mamón, categóricamente hablando. Además la clasificación de películas-de-arte puede tener sinónimos como:

las-pelis-de-directores-cuyo-nombre-no puedo-mencionar
las-pelis-de-silencios-largos-de-hueva-en-lugar-de-balazos
las-pelis-donde-el-guionista-se-mató-en-poner-tres-diálogos (prescindibles)
las-pelis-del-país-que-no-está-al-norte-de-México
las-pelis-donde-uno-sale-queriéndose-cortar-las-venas-con-dos-frijolitos

Por ello, las únicas personas que usan el término es porque quieren demostrar su elitismo, porque por experiencia propia sé, que en todos lados se cuecen habas. Puedes salir de Cinemex con cara de fraude después de ver el mismo refrito mil veces y en la peor de las 999 versiones, o salir de la Cineteca Nacional pensando que fuiste a ver la segunda parte de "Jackass". Todos pasamos a la taquilla, pagamos nuestros centavitos y salimos defraudados. Plop. ¿Por qué? La respuesta es que buscábamos una historia bien contada. Los hombres necesitamos las historias para vivir, forman parte de la experiencia colectiva, real o ficticia. Pero cada uno tiene su forma de contarla.

Por ejemplo el cine europeo tiende a ser lento, a dejar silencios mientras una persona se está peinando, o se está vistiendo. El uso de espacios tiene una función fundamental, la cual es que el espectador piense sobre lo que está viendo, racionalice y comience a interactuar con lo que ve, ya que cuando se transitó del teatro al cine, esta interacción racional fue lo que se perdió. Los cineastas europeos tratan de recuperarlo, pero todos los excesos hacen daño, o en otras palabras dan sueño, decimos entonces que la película es densa.

Otra forma muy curiosa de contar historias es también el "formato dogma". El formato dogma fue un acuerdo entre algunos directores de cine que establecieron que sus películas serían grabadas sin soportes para sus cámaras, sin filtros ni efectos de luz, los rodajes deben ser en locaciones y no se puede decorar ni crear un "set", la película no puede tener una acción o desarrollo superficial y otras reglas de las que no me acuerdo. Una película bajo este formato fue Dancing in the Dark. Tan riguroso ya ha sido el asunto, que las películas del formato dogma tienen que ser certificadas, así como cuando una empresa se prepara para certificarse en ISO 9001, pues así más o menos. Los que quiera hacer un film dogma, tienen que llamar a los auditores y cubrir todos los puntos del estatuto dogma 95, para al último tener un papelito que avale. Conozco películas que no intentaron ser del formato dogma, pero tenía tan bajo presupuesto que caen en la definición -ji ji ji.

Bueno también existen historias contadas con grandes producciones, al estilo Hollywood. O las de chinos, con esas secuencias acróbatas de pelea y ese humor de pastelazo. O las películas silentes de Buster Keaton y Chaplin. Y por supuesto las películas mexicanas, todo nuestra Etapa de Oro con los Soler, con la Doña y el mismísimo Pedro Infante; o las películas del Santo, ya todo un género reconocido a nivel mundial; o las películas de ficheras con Maribel Guardia y sus curvas que pierden a cualquier picaron habitante de La Lagunilla.

Así que en el cine las recetas de las historias pueden ser las mismas, pero la forma de contarlas es la que los avala, y todos aquellos que pensamos que hay un cine de arte bajémonos de nuestra nube y pensemos que lo que hay es películas buenas y películas malas, y esa es la clasificación que más importa.



*En mi bella Toluca sí hay otros lugares para salir además del cine, sólo que carecen de difusión, pero de que los hay, lo hay.

7.17.2006

Nihil obstat

El fuego. El fuego es uno de los elementos que se considera como purificadores, liberadores de las cadenas de lo simbólico, de la imagen y en consecuencia, debería ser de la idea. Y menciono debería porque hemos visto llamas que consumen personas, muebles, papeles y otras tantas cosas, sin que la idea que resguardaran haya muerto.

Al parecer, la conquista de cualquier pueblo empieza con un gran fuego. El éxito de la implantación de un nuevo sistema dependerá de la eficacia de los métodos para borrar el pasado o para matizarlo, y entonces poder sobreponer las nuevas reglas del juego. Consecuentemente, lo primero que arden son los libros porque como menciona Borges: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación. (Fuego primero).

Una vez establecidos este nuevo conjunto de principios morales, religiosos, políticos o sociales deben ser mantenidos; un método para lograrlo es prohibir la difusión de opiniones, escritos o imágenes que se consideren contrarios a éstos, en otras palabras, censurar. (Fuego segundo)

Un muy buen ejemplo de esto es, cuando uno quema las cartitas del ex pensando que así se irán las canalladas; sin embargo, es la Iglesia Católica quien tiene algunos casos para ejemplificar mejor lo mencionado

Para mediados del siglo XVI la Iglesia Católica se las estaba viendo de-a-peso con las ideas protestantes, por lo que, para 1564 el Concilio de Trento (un grupo de obispos bajo la autoridad del Papa) crea el Index librorum prohibitorum (Índice de los libros prohibidos), con el fin de controlar e informar cuáles libros no debían ser leídos y cuáles autores estaban prohibidos. Con una lista de más de 4000 títulos los católicos dieron inicio a uno de los espectáculos de mayor raiting de la época.

La Nueva España como buena colonia de España no escapó a la censura. España tenía sus propios índices de libros prohibidos que abarcan desde 1559 hasta 1790. El más importante de ellos es el realizado por Benito Arias Montano, que tiene la peculiaridad de introducir el ‘índice de expurgo’, que evitaba la condena total del libro abriendo la posibilidad de enmendar el texto. Ahora los libros prohibidos tenían tres destinos: 1) la hoguera, 2) el infiernillo, un librero protegido por varias llaves -ojalá descubiertos por un monje igual de guapo que Sean Conery, en El nombre de la rosa, y 3) una visita al expurgador quien los rayaba terriblemente y los pasaba al bibliotecario quien les ponía en la portada las leyendas auctor damnatus (autor condenado) y de prohibita cum expurgatorio permissa (obra prohibida pero con permiso del expurgatorio)


Algunos de los autores censurados fueron Erasmo Desiderio de Rótterdamm, Nicolás Maquiavelo, Miguel de Cervantes, Michel de Nostradamus, el barón de Montesquieu, Juan Jacobo Rousseau y Denis Diderot, entre otros.

Cuando uno ve los libros expurgados, éstos contienen rayones terribles y mal hechos que pasan a destrozar la obra. Uno piensa que poca manera tuvo quien hizo esto, que era mejor haber alimentado la hoguera y dar al mundo unas llamas honorables que verse visto en calidad de ‘rayoneado’. Pero, si no hubiera existido el índice de expurgo (el cual además dependía del criterio del bibliotecario), jamás hubiéramos podido ver estos tomos, y tampoco nos hubieran narrado su historia, no sobre lo que tienen escrito sino sobre lo que no tienen; entonces el expurgo fue una posibilidad que tuvieron los libros para sobrevivir la Inquisición.



La burla más terrible fué que los libros sobrevivieron, la Inquisición no. La quema y el expurgo no bastó, la extinción no se dió. Pero de la misma manera en que la idea de ‘libertad de expresión’ es el estandarte de los libros prohibidos, la censura es la idea de la Inquisición que también ha sobrevivido.

En 1922, Ulises de James Joyce es destruida en Estados Unidos, Irlanda, Candá e Inglaterra. Siete años más tarde, Adiós a las armas de Ernest Hemingway es prohibida en Italia por su relato de la derrota del ejército italiano en Caporetto en la Primera Guerra Mundial. No olvidemos las grandes hogueras nazis. En 1934, la novela Trópico de Cáncer de Henri Miller es prohibida en Estados Unidos. En 1939, el libro de Fausto de Goethe no puede ser vendido en España. En 1959, la publicación de La Última tentación de Cristo de Nikos Kazantzakis provoca que la iglesia ortodoxa griega lo excomulgue. En 1988, el escritor indio Salman Rushdie publica la novela Versos satánicos, considerada blasfema por el mundo islámico, pesa sobre el escritor la sentencia de muerte. En 1991, El Evangelio según Jesucristo del autor portugués José Saramago es tachado por la Iglesia del Vaticano como blasfemia y contraria a los principios religiosos.

Al parecer, el mundo siempre se tratará de personas que te dirán qué leer y de qué manera, qué comer, qué decir, qué pensar, qué repetir, qué creer, etc., etc. Y aunque uno puede pensar de que no hay opción, la verdad es que siempre podremos elegir, lo que no nos gusta es la consecuencia de esa elección. No incito a tomar instrumentos de jardinería y hacer una revuelta, de hecho siempre me he considerado de las chicas más ‘tibias’ que pisan el territorio, lo que quiero mencionar es que finalmente uno tiene una opción (al menos en México). Uno puede ser libro de hoguera, de infiernillo, expurgado o simplemente no tocar el tema, ser un nihil obstat; la elección es finalmente nuestra, la responsabilidad por lo que pasará debe ser parte de decidir lo que queremos ser.


Escribiendo La Jetzucha





Nota: Para aquellos que pensaron que haría la mala puntada de hablar de mis vacaciones en mi blog, pos nel, aquí no pasará. Los datos cronológicos y las imágenes, provienen del folleto de la exposición de Libros Prohibidos de la biblioteca Palafoxiana.

7.10.2006

Mama, quiero ser escritora

Todas las buenas ideas del mundo parecen venir de la caída de una manzana de un árbol, sin embargo, la mía vino de la caída de mi autoestima. Me explicaré.

Hace mucho tiempo vivió una bella parvulita que brincaba en las verdes praderas cercanas a mi casa, esa era mi vecina; mientras tanto, yo encerrada en mi cuarto, me debatía entre la vida y la muerte a causa de mi primer sostén, la verdad es que no tenía oportunidad alguna de saborear la victoria, pero algo parecido a una metamorfosis sucedió y, cuando salí de ese cuarto con mi nuevo look grité a los cuatro vientos: ¡Mamá, quiero ser escritora! Qué epifanía. Hasta ese momento yo solo había leído los libros de Andersen y los de La Ratita Maltida, pero ya intuía la naturaleza de un escritor.

Conforme pasó el tiempo empecé a leer libros dignos de tareas de secundaria, y cuando llegué a Kafka, me asombró la facilidad con la que me identifiqué con Gregorio Samsa, y pensé, ‘Si éste sujeto ha escrito algo considerado un clásico de la literatura, yo sólo tengo que agarrar una libretita, un lapicito y escribir mi vida después de mi primer sostén’; además ya sabía escribir desde los cinco años, por lo que para los quince ya debía ser una escritora profesional. (Adoro mi ironía).

A los 18 años uno es mayor de edad y necesita elegir lo que quiere hacer de su vida, nadie lo ha dicho, pero creo que esa es la prueba moderna de adultez que se equipara a saltar diez vacas. Fue entonces cuando me enteré que existía la carrera de escritora ¡Mocos! Yo decía que eso no era necesario, mi maestra Dulce me había ensañado a escribir, tenía una vida frustante y baja autoestima, no tenía empleo, dependía del dinero de mis padres y por consiguiente, era toda una escritora en potencia. Entonces vino la gran pregunta ¿basta el talento nato para escribir decentemente o hay que estudiar para ello?

Aquí es donde la historia da un giro inesperado, ya que en la vida, todos tenemos derecho a tener un sueño frustrado, y hasta la fecha no he conocido persona mayor de 20 años que no haya hecho uso de ese derecho. En efecto, aquel sueño de hace 14 años se ha quedado flotando en el limbo, al igual que la pregunta sin respuesta. Me he dedicado a estudiar para poder mantenerme (ja ja ja, de científica, que mala apuesta) y así en el futuro no escribir de comida cuando es lo menos que tengo, como Marx con El Capital.

De vez en cuando me doy mis escapaditas al mundo de la literatura, y de vez en cuando he tratado de contestar mi pregunta. Una de las más simpáticas experiencias fue cuando leí a un escritor que le decía a otros escritores cómo escribir, -muchas personas se hacen ricas de esta manera ¿pueden creerlo? Sin embargo, cuando un quiere aprender de chiles pos' va con Herdez™, y curioseando encontré algunos consejos de Borges, entre los que se citan los siguientes:


En literatura es preciso evitar:

1. Las interpretaciones demasiado inconformistas de obras o de personajes famosos. Por ejemplo, describir la misoginia de Don Juan, etc.

2. Las parejas de personajes groseramente disímiles o contradictorios, como por ejemplo Don Quijote y Sancho Panza, Sherlock Holmes y Watson.

3. La costumbre de caracterizar a los personajes por sus manías, como hace, por ejemplo, Dickens.

4. En el desarrollo de la trama, el recurso a juegos extravagantes con el tiempo o con el espacio, como hacen Faulkner, Borges y Bioy Casares.

11. La confección de novelas cuya trama argumental recuerde la de otro libro. Por ejemplo, el Ulysses de Joyce y la Odisea de Homero.



Noten el sarcasmo de éste tipo, todos los que se programan para el fracaso son grandes escritores, Cervantes, Dickens, Bioy Casares, Joyce, Faulkner y encima de todo se apunta el mismo en la lista, modestia en su máxima expresión -que la verdad, merece ser listado. Ahora Gabriel García Marques, no aconseja, solo advierte:


1. Una cosa es una historia larga, y otra, una historia alargada.
2. El final de un reportaje hay que escribirlo cuando vas por la mitad.
3. El autor recuerda más cómo termina un artículo que cómo empieza.
4. Es más fácil atrapar un conejo que un lector
5. Hay que empezar con la voluntad de que aquello que escribimos va a ser lo mejor que se ha escrito nunca, porque luego siempre queda algo de esa voluntad.
6. Cuando uno se aburre escribiendo el lector se aburre leyendo.
7. No debemos obligar al lector a leer una frase de nuevo.



La advertencia número uno va para todos aquellos que se dedican a escribir guiones para telenovelas. La cuarta va para mi.

Hasta este punto creo que sigo sin responder la pregunta ¿natos o estudiosos? Conozco muy buenos escritores que estudiaron para ello, directa o indirectamente, y escritores igualmente buenos que un día decidieron solamente hacerlo. Así que parece que al contrario del mole, la vida en sí carece de recetas que podrían ayudarnos, recetas como: cómo ser un buen padre, cómo aliviar el dolor de un amigo, cómo no cometer tantos errores con la misma persona, cómo negociar con tu jefe, y otros tantos cómo que se acumulan conforme uno crece. La respuesta a todas estas preguntas es que, no hay respuesta, al menos no sólo una, hay respuestas tantas como personas han existido.

Porque la vida mejor vida que pudieron vivir, es la que están viviendo, porque es suya.



Escribiendo, La Jetzucha

7.04.2006

Pa' que haya dibujitos







Nunca faltaremos los flojillos que siempre que compramos un libro hacemos dos cosas: 1) parecer civilizados y leer la reseña que viene en la contraportada (si, creo que así se llama) y 2) fingir interés y hojear rápidamente para ver si vienen dibujitos. El paso número 1 es un mero trámite para no verse tan tan tonto en una librería, pero lo que más nos puede, es la presencia de imágenes producto de la estampa.

Yo siempre busco los dibujitos. Cómo me hubiera gustado leer 'Dialéctica de lo Concreto' con garabatos de Karel Kosik que enfatizaran la imagen y la idea, guau, hubiera estado de perlas; o leer el 'La insoportable levedad del ser' ilustrado por Gabriel Vargas*.

Bueno, así como se me ocurrieron estas geniales ideas, pensé que este blog también debería tener sus obras de arte. Así que presento el cuadro titulado 'Autorretrato 2'. Digo para que todos se animen a leerlo.



*Gabriel Vargas, creador del comic mexicano 'La familia Burrón'

7.03.2006

Porque hablar de todo es hablar de politica.

La pregunta forzosa que toda mujer debe responder a cierta edad es: ¿nos gustan los clásicos o los modernos? Esta pregunta llegó a mi vida este sagrado viernes 30 de Junio mientras leía el periódico del día.

Todos sabemos de las tensiones políticas del país a tres días de las elecciones presidenciales, por lo que mientras me aburría viendo el partido de Argentina-Alemania (donde los ches pudieron ganar pero se vieron bien boludos) me dediqué a leer el periódico.

Tomé la linda sección A y pasó algo que nunca me había sucedido, leí más de tres noticias Internacionales, varios encabezados y tres columnas de opinión, sin dejar la forzosa ojeadita a la cartelera cultural y de cine. ¡Guau! me caí que uno siempre puede sorprenderse de lo que uno capaz de hacer, o más bien, este periódico era tan endiabladamente bueno que no puede dejarlo hasta que le dí batalla. Diez baros bien gastados, puro análisis maestros, puro análisis.

Entonces tuve una sensación de reivindicación, estaba en otro universo donde podía ser toda una mujer de mundo y hablar con hasta con Demetrio Sodi de la Tijera, o con Loret de Mola, incluso estaba lista para hablar con el Kikin, porque el señor sabe tanto de política que hasta apoya al Feli-pillo.

Bueno señoras y señores, estaba en un momento de revelación como nunca, y como era de esperarse ¡quería más! porque uno siempre quiere más de aquellas primeras veces que son geniales. Y entonces vino la pregunta: ¿cuándo diablos el periódico es lo suficientemente bueno cómo parar crear este tipo de revelaciones? Cuando empecé a pensar un poquito sobre las publicaciones diarias en papel revolución y en B&W, me dí cuenta que los periódicos son como los hombres, y no me refiero a que uno puede usarlos multifuncionalmente y dejarlos castigados en sesiones de retrete, sino en que había uno diferente para cada día.

Empecemos por el clásico, el clásico es el de los domingos, el que uno compra y se lee en compañía de un viejito en una banca de la Alameda, y es el clásico porque es el de 'cajón'. En mi casa sólo se leé el periódico los domingos, con sus moneros y sus columnas de opinión, con sus amplias secciones de análisis literario de un escritor muerto (porque para ser un buen escritor primero hay que morirse), con la programación de la TV y con 'lo mejor' del domingo. Puro deleite, pero uno llega a leerlo porque tiene-que leerlo, porque el domingo así como dios descansó, uno se sienta en el silloncito pensando en descansar de la idiotez y leer el periódico para maravillarse del mundo construido, como decir: 'miren mi imperio de seis días, misil en Bagdag, fiebre aviar en Asia, mueren mil personas en temblor en Tailandia, Toñita la mejor cantante de la Academia', después de leer letrotas tamaño 100 con estas palabras un sabe que merece un descanso. Ciertamente, esa es la sensación de un clásico, 'eres chido, pero creo que nos merecemos un descanso'

El Lunes, bendito San Lunes de albañil, y como un buen maistro de obra debe estar a lo top ten de la ciencia, está el periódico de ¡Lunes científico!. Miren que a ésta altura de mi vida he pensado ya dedicarme a la ciencia, y aunque muy probablemente mi trabajo no pase de las bibliotecas me enorgullece contribuir a las estadísticas que nos ayudan a estar como país primer mundista.
Sin embargo, no leo el periódico los lunes, y bueno para qué se las armo de emoción soplándose tres párrafos más para que descubran que tampoco leo el del martes, ni el del miércoles ni el del jueves (que en la Jornada era el jueves sexual) pero ahora sí que, ni el sexual me chuto. Los únicos periódicos que he llegado a leer es el del vienes, el del sábado o el del domingo, y seré honesta en mencionar que sólo lo hago porque tienen la cartelera y los anuncios de lo que uno puede hacer para no aburrirse los fines de semana, ese es mi gran secreto y lo declaro con vergüenza.
Mis papas y el presupuesto federal se han esforzado en mi alfabetización y resulta que ésta no ha sido puesta al servicio de la patria, porque un ciudadano analítico y bien informado es más útil a la patria que 20 atléticos policías, o mejor que 100 computadoras en escuelas que no tienen baño o mucho más útil que 1000 toallas de $4 000.
Seamos honestos en un examen de conciencia, los que piensan que la democracia es sólo pararse el 2 de julio a las 7.00 am, ir a misa y pasar a la casilla y san-se-acabó, son cómo aquellos que piensan que los periódicos son sólo para enterarse de la cartelera. En la columna de opinión de Jorge Chabat llamada 'Para el 2 de julio' se dan diez prácticos consejos para votar, y en el número 10, este analista político investigador del CIDE menciona:

“10. Finalmente, ya en la casilla emita su voto y no se quede con remordimientos. Seguramente seis años después, vote por quien vote, llegará usted a la conclusión de que votó por el candidato equivocado. Eso es parte de la democracia.

Una vez emitido el voto, tómese el día con calma y espere el resultado en la noche. Si no ganó su o sus candidatos no se vaya a deprimir.

Al terminar el domingo, duérmase con tranquilidad: usted cumplió su deber. Claro, falta que los candidatos ganadores lo cumplan, pero eso es otro asunto.”

Ciertamente, para que se cumplan todas las promesas electoreras debe haber un supervisor, que en la democracia es el pueblo. No me iré sin hacer hincapié en otra noticia que leí (ya vieron porque este periódico de hoy fue tan productivo), la cual menciona:

'El primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, anunció ayer la renuncia de su gobierno de centro derecha luego de que una disputa sobre la ministra de Inmigración impulsara a un partido a abandonar la coalición de gobierno.

Balkenende pedirá la celebración de elecciones anticipadas. La renuncia se produce tras el escándalo por el intento de retiro de nacionalidad a una diputada de origen somalí, amenazada de muerte por el islamismo. EFE)'

'Los errores políticos cuestan' -dice mi madre-, y ciertamente no debemos olvidar mandarles la nota de cobro a esos jijos de la tiznada.

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Chica semichilanga busca el sentido de la vida y la respuesta al secreto de la misma... con intentos fallidos