5.09.2008

Bunsen, comic chido

Un comic científico de Jorge Pinto, para verlo denle click a la imagen y se hace grandota (guau)




Pueden escontrar más en

http://www.heroeslocales.com/bunsen/


Divertidísimos, yo ya quiero mi chompu marca Brocoli... ¡¡la ilustración me gusta mucho!! y el humor también, ¡¡es muy geek!!

(Sin titulo)

Margot llega a casa, prende la vieja radio y sintoniza ¿qué programa? no importa, lo importante es huirle al silencio, es provocar los espacios sonoros que espanten a los fantasmas de lo cotidiano, porque esa es la idea de Margot, cambiar el rumbo de su vida. Piensa que en la vida a penas es necesario virar un poco cada segundo para lograr obtener una curva vortiginosa a lo largo del día. Cambiar no debe ser tan difícil, piensa. Pero en el fondo quién se traga esas palabras, ni ella puede hacerlo, y eso es porque justo en el momento en que esta encendiendo la radio llega Emilio a casa, otra vez con la misma mirada cansada, otra vez con la sonrisa destruida, otra vez con el sabor de lo monótono y de lo constante, con el "otra vez”.

El diálogo que seguirá ha sido ensayado una y otra vez por Margot, lo ha bailado seis días a la semana, 26 días al mes, 312 días al año, y ha perdido ya la cuenta de los años, solo nota su pelo cano y los dedos que se le tuercen con un crepito que no tiene fin. Pero la repetición no importa ¿qué será de una vez más en el infinito ir de la corriente?. Margot suspira, sueña con el sueño del cambio mientras responde las mismas respuestas, mientras olvida casi instantáneamente las palabras de Emilio, mientras pierde la conciencia y cae en el mismo sueño de los días.

(Un ring ring al aire).

Margot entra a la cocina, empezará a preparar la comida. Emilio está hecho palabras, un río de frases en la sala. Pero a Margot no le importa, nada está cambiando, todo sigue igual y sabe que entró al círculo de lo cotidiano cuando en el altar mencionó la palabra "Acepto", de haber sabido sus implicaciones, "jamás lo hubiera mencionado, jamás debí haber aceptado", piensa distante empezando a picar la cebolla. Una rebanada y otra rebanada blanca, que desprenden un olor fuerte y penetrante, "Yo era feliz, estaba llena de sueños, de planes para el futuro" dos rebanadas, tres rebanadas.

(Otro ring al aire)

"Y la sonrisa, cómo se desdibujo, cómo perdí la memoria de cómo sonreír, de cómo imaginar, y de cómo crear mis historias en las que siempre había un súbito cambio". Lágrimas que brotan de los ojos "Esta cebolla esta muy fuerte". “Emilio sigue hablando, de seguro es del trabajo, siempre hace lo mismo, siempre dice que algún día lo nuestro va a cambiar, pero yo sigo esperando, esperando...” Y basta una distracción sútil para que un fino hilo de sangre aparezca en su dedo, "sanará” dice, “si la ignoro, sola cerrará", cinco rebanadas, seis rebanadas.

¿Qué estas haciendo Margot? -dice Emilio entrando a cocina. -¡Dios, tus dedos!

Margot levanta la vista ante el grito descomunal de Emilio, ve las manos que su esposo le está sosteniendo y tres finas heridas en los dedos que llenan de carmesí el blanco prefecto de la cebolla.

¡¿Cómo vas a ver si no te limpias esas lágrimas mujer?! ¡Deja de llorar y lávate esas heridas!

(Ring, ring)

- ¿Vas a contestar ahora Margot?

- Nadie me llama, de seguro a de ser para ti.

- Margot, que no escuchaste nada de lo que te acabo de decir, ¡No escuchas nada! ¡Estoy cansado Margot, estoy cansado! ¡De ti, de esta cotidianidad! ¡Siempre estás en casa, nunca quieres salir, siempre estas en estas paredes y yo estoy harto! Ya comencé lo trámites del divorcio, en la mañana llamé al abogado y a tu madre, dice que puedes quedarte con ella hasta que encuentres otro lugar para vivir, así que contesta el teléfono y ve arreglando tus cosas. No puedes quedarte aquí, es mejor que nos separemos de una vez... ¿Margot? ¿Margot? ¿me estas escuchando?

- Se que si las dejo sangrar un rato, pronto cerrarán y parecerá que nada ha pasado. Perdón ¿decías algo?

Emilio mira a Margot, su mirada cambia súbitamente de enojo a compasión, ve a la pequeña que esta contemplando sus dedos heridos, que desorbita su mirada hacía un lugar que es inaccesible para él y para cualquier ser de esta realidad, observa resignadamente la destrucción de su pequeño ángel que le está costando su propia destrucción ¿es eso el amor? ¿quedarme con ella viviendo en el mundo que ella destruye y crea para mi, para nosotros? Un abrazo fuerte que tiende a colocar los recuerdos en su lugar, a lograr esbozos tenues de sonrisas, a llenar los silencios que Margot ha provocado.

Emilio va a su cuarto, toma una maleta y abre la puerta. Sabe que nadie lo mira, nadie sabe que se está yendo, sólo él. ¿Habrá ausencia? "No", piensa, "aquí no hay ausencia más fuerte que la de Margot"

(Sonidos de un cuchillo que corta una cebolla rítmicamente, sonido de una puerta que se cierra)

"Regresará" piensa Margot, "él nunca termina de irse, regresará"

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Chica semichilanga busca el sentido de la vida y la respuesta al secreto de la misma... con intentos fallidos