3.10.2008

Los autores del No






Hoy terminé de leer Bartleby y compañía, un libro del escritor español Enrique Vila-Matas que narra la curiosa afición de un oficinista a compilar historias de escritores que decidieron no escribir o renunciaron a ello. Compendio biográfico negro, negrísimo y no por menos, divertido.

La pregunta obligada es siempre la misma ¿por qué dejar de escribir, por qué someterse a la negación o a la atracción nihilista de las letras? Las mejores respuestas a esta eterna pregunta fueron:


Porque el público me parece que posee el colmo del mal gusto y el afán por la denigración.
Porque temo morir sin haber vivido.
Por no querer fatigar el tiempo con su nombre y su fama.
Porque ahora que conozco su significado [el de la vida], no tengo nada más que escribir.
Mi mejor obra es el arrepentimiento de mi obra.
Casi todos los libros no son más que notas de pie de página, infladas hasta convertirse en volúmenes. Por eso escribo sólo notas a pie de página.



Claro que no faltó la tan aludida falta de inspiración, mezclada en muchas líneas.



Una de las mejores historias, fue la de Paranoico Pérez, un personaje de Antonio de la Mota Ruiz.

“Iba por fin a escribir mi primera novela –empieza contándole Paranoico-, una historia en la que había trabajado arduamente y que transcurría toda entera en la carretera de Sintra, iba a decir de Sintrita, cuando de repente, ante mi absoluta perplejidad, ví un día, en los escaparates de las librerías, un libro firmado por un tal Saramago, un libro titulado Memorial del convento, ay madre, madrecita mía.”

Y es que a Paranoico Pérez siempre se le adelantaba Saramago, publicaba justamente aquello en lo que estaba trabajando. “Iba siempre delante y era extraño, extrañito”. Y eso me hace morir de risa, ser la idea de alguien, ser quien pisa los talones pero jamás la figura, ser quien no-gana el Nobel, ésta es la mejor historia de la Negación que he leído.

“Me han metido en el manicomio –le dice Paranoico a Ramón Ros-, qué le vamos a hacer. No me creen a mí, creen a Saramago, que es más importante. Asi es la vida.”


Y de nueva cuenta el C’est la vie, es la respuesta de los grandes enigmas del Universo.

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Chica semichilanga busca el sentido de la vida y la respuesta al secreto de la misma... con intentos fallidos