5.11.2007

¿Discriminacion o descriminacion?

('iras manita ¿qué no son lo mismo?)



Lo admito, jamás en mi vida había sentido el látigo de la discriminación. Siempre me había considerado muy afortunada en ese aspecto.

Y es que me muero de la risa cuando algunas de mis compañeras dicen que han sufrido "discriminación" que porque son mujeres, la neta, yo me río pa'adentrito un buen rato y pienso en las mujeres que realmente todos los día sufren abusos de poder y las superioridades de género. Como dijo doña Domitila Barrios de Chungara Si me permiten hablar..., esa señora si era un vierojorrón, mucha vieja me cai, que les dió un sentón mental a todas las señoras de la societé que prentendieron saber lo que era ser mujer.

Bueno, pero yo sentí el látigo de la disminación hace algunas semanas, y para colmo fue de una mujer. El fenómeno histórico-histérico estuvo más o menos así. Como 5 de cada 7 mañanas a la semana, caminaba rumbo a la estación de metro lista para otro día de trabajo, era un día soleado, los pajaritos cantaban, llevaba un rico lunche en la mochila y entonaba esa canción con la que los enanitos de Blanca Nieves chambeaban. Todo era lindo y todo era bello. Entonces noté que en la entrada de la estación de metro estaba una super chava: cuerpo de modelo, sonrisa derrite-progesterona, cabello sedosito, bueno, bueno un bombón. Obviamente, la chava era un bombón contratado para dar muestras de shampoo a las futuras pasajeras del metro, uno de esos varios shampoos de envoltorio rosa con efecto blink-blink, aroma de maracuyá con fresas y chicle, y que te deja el pelo como Daniela Romo, así como aventárselo a un hombre cuando... cuando ya saben...

Yo, me perfilo, y afino las garritas pensando en mi muestra de shampoo, -adios jabón Zote, hola shampoo bonito-huele-chido, pensé. Caminando frente a mi venía a una chava, igualita que la modelo pero con ropita de oficina, traje sastre, portafolio... la repartidora de shampoos extiende su mano y le da una muestra a la esta chica, acto seguido paso yo, y nisiquira, ¡nisiquiera me voltea a ver!

Grrrrrrr, no me dan mi muestrita de shampoo, ¡ay! ¿por qué no me dan mi muestrita? ¿Acaso no tengo cabellera que lavar y despiojar? Además, si me dan su shampoo y me deja el cabello como a la chica del anuncio, les juro que pueden decir que su shampoo sirve, después de mi, ya no hay otra prueba, yo soy La prueba. Pero no, no me dan nada, ni una mentada siquiera. A ver, ¿esta chica es como muchas otras chicas que saben que las FEAS existimos, pero bajan la mirada y nunca nos ven porque no quieren ver a las feas? Pues les anuncio chicas lindas-super-cool, E-XIS-TI-MOS, somos las feas (de la mirada social), véanos, y para que ustedes sean lo que son, necesitan de nosotras, así que por favor no discriminen y dénme mi muestrita de shampoo, o qué ¿le temen a la competencia? (je je je)

Y bueno, el problema no fue una muestrita de shampoo, fue el hecho de que no existiera, eso si repatea el hígado. Además, no me ha pasado sólo una vez, han sido tres veces con la misma chava que da muestritas y como diría los mates, una vez es coincidencia, pero dos es patrón...


¿me discriminaron o descriminaron?

allí está el detalle.


Blogueando desde la trinchera de la des-cri-mi-na-ción

1 comentario:

Cesar dijo...

Esa discriminación…, yo suelo ser el que llena la lista de los que tienen que ser revisados en el metro, no se si por mi cara de narcotraficante sonorense o por la cara de buena gente (por no decir de otra forma), pero siempre me revisan.

Lo bueno que lo único ilegal que cargo son mis películas piratas. (también puede ser mi camiseta del América)

Saludos a la jetzucha

PD. La caricatura es excelente

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Chica semichilanga busca el sentido de la vida y la respuesta al secreto de la misma... con intentos fallidos