4.26.2007

"Sopa de cometas"





Ése es nuestro ancestro más lejano, al que llamamos cariñosamente "Lucas" (...Last Unique Common Ancestors). Este organismo ya poseía ADN; tenía cuando menos 500 genes y se alimentaba de "sopa de cometas"...



Pero si lo recuerdo, los cometas sabían fantásticos, la mejor comida que tuve en eternidades. Ahora que me preguntan a qué sabían, no he podido responder, porque jamás volví a percibir en mi lengua ese sabor, mmmm. En esos días, los cometas caían del cielo, y era lo único que había por aquí, así que nos alimentábamos de ellos, muchos dirían que era terrible comer lo mismo todos los días, pero como cada quién en la familia cocinaba diferentes días, siempre surgía un sabor desconocido (además de que casi todo era nuevo en esa época). Cometas por aquí, cometas por allá, por todos lados ¡ja! pero, si había algo extraordinario en este mundo, eso era la sopa de cometas de la tía Marga.

La tía Marga era la hermana de mi madre, fue de las primeras en estos lugares, y lo que más recuerdo de ella era comer su sopa de cometas mientras teníamos largas pláticas en la cocina de su casa. Me sentaba en una de las tres sillas de la mesita, y yo era entonces tan pequeño que nunca mis extremidades alcanzaron el suelo, recuerdo que intentaba con malabares tocar el suelo, pero la tía Marga, me miraba con unos ojos llenos de brillo y siempre me decía que era bueno estar cerca del suelo, pero ver el cielo, era lo mejor para crecer. Tenía la experiencia del mundo, sabía todo lo necesario para ser y por ello, había decido seguir sola por la vida, como quién toma la opción de continuar no siendo más, sino solo uno, así que no tuvo hijos y la llamaron la solterona. Cuando le preguntaba ¿tía Marga, que es una solterona? Me decía, Es saberse demasiado único como para estar con alguien más -respondía tras sonreir.

Yo nunca pensé que estaba sola, ni siquiera por un momento, porque no había hora del día en que no hubiera alguien en su cocina, ya fuera mi madre o el tío José, los sobrinos, la vecina Sara o mi mascota Caperuzo, una sola alma o un atiborramiento de ellas, todas cabían en la aparentemente pequeña cocina de la Tía, comiendo sopa de cometas o tomando té de cometas, como lo dije antes lo mejor en todas las eternidades, simplemente lo mejor.

Desgraciadamente la tía Marga cerró sus ojos un día y decidió no volverlos a abrir, era de esos seres que fue demasiado y el peso de su propia existencia la acabó, pesaba demasiado, era demasiado. Con esos consejos sabios, se fueron las pláticas en la cocina, las reuniones casuales de la familia, pero sobre todo se fue el secreto de la sopa de cometas. Jamás sabremos cómo la hacía, lo que le ponía ¿qué era eso extraordinario que el agua disolvía entre los polvos de cometas? No todos tenemos un instante de incandescencia preservado para la posteridad … Nada volverá a ser igual...




Al cabo del tiempo, la sopa original empezó a escasear y los organismos tuvieron que competir para obtener alimento. Comenzó así una gran presión de la selección natural, motor de la evolución”

2 comentarios:

ñojitzu dijo...

Albricias! Albricias por su primer minicuento-educacional-extrapola-conocimiento jeje.
Me latió la idea de la "sopa de cometas", la que supongo como los quesos sabía muy diferente dependiendo de donde venía el astro.
Y ahora me retiro que mis frijoles cósmicos se están quemando. (Voy a probar mi teoría del Bing-Bang)

La Jetzucha dijo...

Je je je, si, eso de la sopa de cometas fue raro.

De hecho este post es culpa de Italo Calvino, ya que prácticamente me fusilé la idea con qué escribió Las Cosmicómicas.

Lo que me encantó fue que, pude ligar el principió y el final con una nota científica que leí en una revista (mientras comía), y eso fue algo diferente, noté que la historia podía tener una final "sucesivo" y esa idea, de lo fugitivo y lo evolutivo, me encantó.

Igualmente pos algunos cometas no sabían tan bien, pero tal vez, sabían mejor con sasa tabasquito, digo algo mexicanito

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Chica semichilanga busca el sentido de la vida y la respuesta al secreto de la misma... con intentos fallidos