5.28.2007

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Ingravidez, primera sensación. Pero ¿cómo? allí están los millares libros todos ordenaditos en su estante, está la palmera que languidece en su macetero, el fichero, las mesas que se cansan y las sillas que, heridas de guerra, pierden extremidades. ¡Echen paja, que nos caemos! Que no hay suelo, ni techo ni paredes, que el aire nos inunda y que el sol nos abate… Esto es un desastre de la naturaleza. Totalmente contra natura. Nada debe así, se supone que todo debe estar separado, un aquí y un allá, un adentro y un afuera… afuera el sol, afuera la lluvia… adentro la biblioteca, adentro de una caja de cristal que hace de esta quimera un vértigo y una última sensación… no dejarme caer.

Cerrado.




Cierra lo ojos que te mueres. Cierra los ojos y que la gente no te vea, que no vea que estás aquí. Plaza de piedra, nubes, un cielo y un (solo) sol que derrite, que cansa. Gente, siempre más…. Cierra lo ojos y no veas a los vendedores ambulantes, ni a los niños que mendigan. No huelas el hedor del alcantarillado de un lugar cercano, ni el copal quemado en una ceremonia prehispánica. No oigas los frenéticos cláxones, ni los parlantes de algún mitin. No toques el pegajoso aire asfixiante. No, porque mueres. Dicen que puedo estar aquí en el Zócalo, pero la verdad es que estoy muriendo ¡sáquenme de aquí!. Alguien lo llamó agorafobia… para mi, simplemente es el miedo de percibir la realidad.


Abierto.

2 comentarios:

ñojitzu dijo...

Muy bien muchachita, muy bien. Casualidad, yo también me quedo con su espacio abierto. Y tenemos tarea, aunque en mi caso se me antoja más díficil de lograr. Nos veremos con el 2.

Cesar dijo...

En lo personal me gusta el cerrado, cerrado a la ciudad, abierto al mundo, abierto al conocimiento.

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Virtudes y Desaciertos

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Chica semichilanga busca el sentido de la vida y la respuesta al secreto de la misma... con intentos fallidos